Original de la nota publicada en Revista Noticias el 04 de mayo de 2012
La oleaginosa retornó
a los altos precios del 2008 y se pronostica que volverá a aportar un récord de
ingresos de dólares este año. Los productores reclaman por la suba de costos y
el retraso cambiario, pero la economía goza de los aportes de este cultivo.
La soja volvió a los precios astronómicos del 2008 pero
lejos quedaron las estridencias de la discusión por la resolución 125 que
fijaba retenciones móviles y que originó ese año una de las mayores
movilizaciones del sector agropecuario. Hoy los productores ya no temen a otro
incremento de los derechos de exportación y se muestran más preocupados por el
aumento de los costos de producción que le achica los márgenes mientras el
gobierno espera ávido los dólares que su antiguo enemigo inyectará a la
economía.
Durante el año pasado los exportadores de granos liquidaron
más de 25.133 millones de dólares y en los primeros cuatro meses de 2012 ya
superaron los 7.000 millones de dólares, aunque todavía falta el aluvión de
dólares de la cosecha gruesa que entra en mayo y junio. Con una cosecha de soja
menor a la de 2011 pero con precios superiores a los 550 dólares por tonelada
en el mercado de Chicago se presagia que se llegará a un nuevo récord de
ingresos para el país por exportaciones agropecuarias.
La sequía que tanta polémica trajo entre las organizaciones
de productores y el gobierno, finalmente se está viendo en los campos mientras
las cosechadoras avanzan. Cuando se lleva levantado más del 60 por ciento del
área cultivada, los rendimientos alcanzan un promedio de 23 quintales por
hectárea, sensiblemente menor a los de las campañas anteriores, con lo que se restan
algunos millones de toneladas a la cosecha final que se esperaba para este año.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima una cosecha de
soja de 43 millones de toneladas, lo que representa un 12,6 por ciento menos
que en la campaña anterior donde se recolectaron 49,2 millones de toneladas. Precisamente
esta caída de la cosecha argentina y en el resto de Sudamérica es uno de los
factores que impulsó los precios hacia arriba.
El último informe del Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos disminuyó su propia proyección de la producción de Argentina en
1,5 millones de toneladas, la de Brasil en 3,5 millones y la de Paraguay en 1,4
millones de toneladas.
Los analistas también suman como impulsor de los precios de
la oleaginosa a la reactivación de la demanda china, la disputa por el área de
siembra entre la soja y el maíz en Estados Unidos, la presencia de un panorama
financiero más positivo en el mundo y la fuerte acción de los fondos
especulativos.
Según el informe de la Asociación de Consorcios Regionales
de Experimentación Agrícola (AACREA), que nuclea a los productores de punta de
la Argentina, “de la mano de una leve sensación de mejora en la Unión Europea,
de la suba del petróleo y de la caída de la cosecha sudamericana, los fondos
especulativos aumentaron fuertemente su posición neta comprada, pasando de
estar en 0 a fines del 2011 a 18 millones de toneladas en la primera semana de
marzo, ubicándose en valores similares a los fines de agosto de 2011”.
ALERTAS. Precisamente la acción de estos fondos es lo que
pone algunas luces amarillas, ya que una posible salida rápida de este dinero
podría hacer más incierto el precio de la soja.
El analista del mercado Ricardo Baccarin no descarta que la
soja pueda volver a los 600 dólares por tonelada. “Estamos a un 10 por ciento
de ese objetivo”, apunta Baccarin, quien recuerda que en julio de 2008 el grano
cotizó 607 dólares.
Conocedor de los fundamentos del mercado, Baccarin
responsabiliza a los fondos de inversión en esta nueva suba, pero advierte que
“en algún momento van a tener que ceder
esas posiciones. Habrá que ver si los que están dispuestos a comprarlas van a
convalidar esos niveles. Siempre la última palabra la tiene la demanda”.
“También es cierto que China, el principal actor del
mercado, cuando los precios se disparan mucho suele ser bastante agresiva en su
forma de actuar, no solo dejan de comprar sino que ´defaultean´ compras. Eso
por el momento no se ha visto”, aclara.
Lo cierto es que el mercado hoy está en alza pero puede ser
muy cambiante. Para ejemplificar esa volatilidad, Baccarin recuerda que “vimos
soja de 530 o 540 dólares por tonelada en agosto de 2011, soja de 400 el 12 de
diciembre del año pasado y ahora estamos hablando de arriba de 550”.
Por esta volatilidad están muy activos los mercados de venta
a futuro, que pueden asegurarles un
precio a compradores y vendedores. El Mercado a Término de Buenos Aires, por
ejemplo, logró récord de volúmenes en enero, febrero y marzo, e incluso tuvo el
20 de abril la mayor operación de su historia desde 1907 con más de 330 mil
toneladas operadas.
Más allá del mercado, Baccarin afirma que “este tipo de
precios es un estímulo para sembrar. Incluso acá en la Argentina, con estos
niveles de precios creo que no van a bajar ni los alquileres, va a aumentar la
siembra y el área de soja se va a expandir”.
MÁS SOJA, MÁS DOLARES. Y para el gobierno más soja en los
campos significa más dólares en la economía y este aluvión verde le permite
accionar sobre el mercado de cambio, tal como lo muestra la acción del Banco
Central que compró durante abril 1.650 millones de dólares, 100 millones más
que en marzo. Y eso que recién para este bimestre mayo/junio que se inicia se espera
el grueso de la liquidación de la cosecha gruesa con estos precios agigantados.
Aunque algunos analistas esperan que la presidenta del Banco
Central, Mercedes Marcó del Pont, ayude a subir algunos centavos el tipo de
cambio difícilmente lleguen a satisfacer los reclamos devaluatorios del titular
de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien se ha transformado en uno de los
pocos dirigentes agropecuarios que pone este tema como eje de su discurso.
Buzzi negó que pida un dólar de 7 pesos pero insistió en que
“existe un retraso cambiario y una pérdida de competitividad” y propuso: “Empecemos
por vender los granos y pagar los insumos con el mismo dólar”.
El dirigente federado hace referencia a la diferencia en la
cotización de la moneda norteamericana que se usa para pagar sus cosechas y la
que se carga en los costos de los insumos. Precisamente la Bolsa de Cereales de
Buenos Aires calcula lo que llaman “el dólar agrario” contabilizando el precio
de las retenciones y la inflación en cada cultivo. Para esa entidad al mes de
marzo presentó los siguientes valores: soja $0,97; trigo $1,15; girasol $1,02 y
maíz $1,20. Lejos de la cotización oficial y mucho más lejos de los más de 5
pesos del dólar “blue”.
Además, para la Bolsa de Cereales los costos directos
aumentaron para la soja en un 4,6 por ciento, para el maíz en 13,8% y en trigo
y girasol 3%, si se lo compara con el mismo mes de la campaña anterior.
A esto hay que sumar el incremento de los impuestos
inmobiliarios en las principales provincias productoras de granos, que venían
sumamente retrasados. Sin dudas resultará más difícil que nunca para los
dirigentes agropecuarios llevar a buen puerto sus reclamos cuando la mayoría de
la sociedad sabe que los precios son buenos y el país avanza en propulsión a
soja.
Liquidación de divisas del agro
Año Liquidación
en U$S
|
2003 9.450.254.098
|
2004 11.062.109.135
|
2005 11.654.280.836
|
2006 12.276.089.612
|
2007 17.567.939.767
|
2008 21.919.850.891
|
2009 16.198.645.201
|
2010 22.228.931.266
|
2011
25.133.393.782
|
Fuente:
Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro
de Exportadores de Cereales (CEC)
Soja 2011/12: Indicadores comerciales M Tm
18/04/2012 2011/12 Prom.5 2010/11
Producción 43,10
46,04 50,00
Compras totales 20,59
17,76 19,03
48% 39% 38%
Precios por fijar 7,33
7,36 7,91
17% 16% 16%
Precios en firme 13,26
10,39 11,12
31% 23% 22%
Falta vender (*) 21,5 27,1 29,8
Falta poner precio (*) 28,8
34,4 37,7
Fuente. Bolsa
de Comercio de Rosario sobre datos de MAGyP y propios. (*) Se deduce el uso
como semilla.
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