Pase, lea y opine

Pase, lea y opine. Algunas notas publicadas en Noticias, edicionrural.com o desgrabaciones de micros que hice en diferentes radios


lunes, 26 de septiembre de 2011

NOTA CON PABLO VAQUERO DE MONSANTO EN EL FARM PROGRESS SHOW

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http://www.youtube.com/watch?v=AQrvJpTKv3U&feature=player_embedded#!

martes, 6 de septiembre de 2011

Acercamientos y transgénicos

Original de la nota publicada en Noticias el 3 de septiembre de 2011

Los pronósticos de los analistas decían que el “voto del campo” podía cambiar el resultado de las elecciones primarias. No fue así. Lo que realmente sucedió es que luego de finalizado el escrutinio se modificaron las actitudes entre el oficialismo y algunos dirigentes del campo, hubo acercamientos inesperados y no tanto, se aceleraron políticas de aprobación de transgénicos y se pusieron bajo la alfombra mutuas acusaciones. Por esos artificios de la política, el “yuyo” ya no es un yuyo, los esclavistas de ayer se convirtieron en destacados empresarios que “exportan tecnología al mundo con valor agregado”, algunos dirigentes rurales sonríen junto a ministros en la foto de los diarios y comenzó a transitarse un camino que podría significar el entierro definitivo de la Mesa de Enlace.
Los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, y de Economía, Amado Boudou, compartieron  un acto el sábado pasado junto al presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, en la ciudad santafesina de Alcorta –un pueblo agrícola ubicado a 90 kilómetros de Rosario- donde anunciaron que el gobierno nacional construirá un monumento conmemorativo del "Grito de Alcorta", rebelión de los pequeños chacareros de la Pampa húmeda que dio origen a la FAA, y del cual se cumplirán 100 años en junio de 2012.
"Es un momento de encuentro, de abrir los brazos, de poder hacer cosas juntos" con las entidades del agro, afirmó Boudou y llamó a seguir “trabajando juntos" porque "las discusiones que tenemos son transitorias ". A su lado, Buzzi sonreía.
Por su parte, Domínguez repitió una anécdota personal que usó muy a menudo desde que la presidenta Cristina Kirchner le encomendó hacerse cargo del ministerio: "Yo me siento socialmente federado, filosóficamente cooperativista, soy nieto de un gringo muy pobre que con la chacra le dio de comer a ocho hijos, y venimos a honrar a esta organización que es propia de Santa Fe". La anécdota le da sus frutos, a juzgar por los resultados electorales logrados en su candidatura a primer diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y la descompresión alcanzada en la relación con el campo desde que asumió la cartera.
Rápido en sus reflejos, Buzzi afirmó que "el gobierno nacional está reconociendo un hecho clave para la historia agraria de nuestro país, y eso lo valoramos". Y agregó: "En los últimos tiempos pareciera que existen algunos gestos aislados del Ejecutivo, tendientes a mejorar algunas situaciones específicas de urgencia de algunos productores agropecuarios".
EL YUYO. TRANSGENICO
Horas antes, el ministro Domínguez recorrió en Venado Tuerto (Santa Fe) la planta de producción de semillas y el laboratorio de biotecnología de la multinacional de origen holandés Nidera, que en enero pasado había sido acusada por la Administración Federal de Ingresos Públicos y por el Ministerio de Trabajo por tener trabajadores en condiciones de esclavitud.
Mientras la situación de esos 130 trabajadores se pierde en los vericuetos judiciales, las altisonantes acusaciones oficiales dieron paso a las visitas ministeriales con elogios a la capacidad exportadora de Nidera, que vende al exterior más del 30 por ciento del aceite de soja comercializado por el país y más del 35 por ciento de la semilla que se esparcen por los campos argentinos.
Domínguez fue acompañado por el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, ex decano de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires y responsable del avance logrado con las empresas semilleras para un nuevo marco normativo en la aprobación de eventos biotecnológicos, mucho más laxo en las exigencias y más rápido en sus resoluciones.
Pocos días antes Basso lo había presentado en la reunión anual de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), el mismo lugar que eligió para anunciar que Argentina autorizó el uso de dos nuevas sojas transgénicas de la empresa alemana Bayer. Se trata de semillas de soja con un gen resistente al herbicida glufosinato de amonio, que ya estaba autorizado en maíz.
De esta manera, pasaron 15 años para que la Argentina vuelva a autorizar una nueva soja transgénica, luego de aquel visto bueno otorgado precisamente a Nidera en 1996 para que pueda comercializar la soja resistente a glifosato que hoy (con distintas marcas) está sembrada en más del 90 por ciento de los campos sojeros nacionales.
En la Argentina hay hasta el momento 20 eventos biotecnológicos aprobados. Catorce corresponde a maíz, tres a algodón y tres a soja y los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner ostentan el primer puesto en la aprobación de transgénicos en la Argentina con 13 resoluciones desde 2003 hasta ahora: 11 en maíz y 2 en soja. Y con el nuevo marco normativo se vienen más autorizaciones, sobre todo para equipararlas con las aprobaciones realizadas en los países vecinos: Brasil y Paraguay.
Un tema pendiente que puede generar rispideces, sobre todo con Federación Agraria, es la necesidad de las empresas de cobrar regalías por la investigación que demandan estos productos, principalmente en trigo y soja porque son plantas autógamas, es decir que las semillas de estos dos cultivos pueden volver a sembrarse sin perder calidad. Esto permite que muchos productores hagan su propia semilla (autorizados por la ley actual) o comercializadores no autorizados vendan “bolsas blancas” (sin marca) imposibilitando que las semilleras cobren las regalías.
Las actitudes oficiales indudablemente han cambiado, pero de todas maneras a las empresas semilleras no les molesta que los discursos vayan por un lado (críticas a la soja, los transgénicos, el glifosato, etc.) mientras en las resoluciones se avance en lo que realmente les importa: la autorización de nuevos materiales transgénicos o la definición de un sistema que garantice a las semilleras el cobro de la propiedad intelectual del desarrollo biotecnológico.


Maradona y Ronaldinho
La soja resistente a glifosato se autorizó en la Argentina varios años antes que en Brasil. Los productores cariocas la llevaban desde nuestro país y la sembraban en sus campos. Por su origen y porque era un poco más baja y redondeada, los brasileños la llamaban la soja “Maradona”. Ahora Brasil avanzó más rápidamente en la aprobación de la soja BtRR2Y -que combina protección contra insectos y un nuevo gen de resistencia a glifosato- y paralelamente definió un sistema que garantiza el cobro de las regalías. Paraguay también. Por eso el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, advirtió que si Argentina no hace lo mismo va a ser difícil evitar que en nuestros campos aparezca “la soja Ronaldinho”.