Pase, lea y opine

Pase, lea y opine. Algunas notas publicadas en Noticias, edicionrural.com o desgrabaciones de micros que hice en diferentes radios


sábado, 22 de enero de 2011

Menos vacas y carne más cara

Original de la nota publicada en Noticias - 22 de enero de 2011


La hacienda vacuna tuvo durante 2010 el mayor aumento de precios de los últimos 40 años. Pero los integrantes de la cadena cárnica no lo pueden festejar ya que la suba es la consecuencia de una drástica reducción del rodeo de más de 10 millones de cabezas. Tampoco los consumidores pueden hacerlo porque debieron soportar, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), un incremento del 72 %, que arrastró a los principales sustitutos: el pollo y el cerdo.


El país de las vacas, que se jactaba de sus animales criados a pasto y de poner los mejores bifes en los platos del Primer Mundo pasó en pocos años a tener un stock reducido de no más de 48 millones de cabezas, con una producción terminada en gran parte en feedlot (engorde a corral) y casi desaparecida de los principales mercados de exportación.

Estas son las consecuencias de un coctel explosivo en el que se mezclaron durante varios años ineficacia de los funcionarios, cortoplacismo empresario, ineficiencia productiva y caída de la rentabilidad relativa con otras producciones que pelean palmo a palmo el terreno (la soja, por ejemplo). Es uno de los tantos caminos desencontrados que muestra la conflictiva relación entre campo y gobierno, en la que suele inmiscuirse el oportunismo de algunos empresarios que aprovechan los subsidios gubernamentales y las coyunturas favorables creadas en forma ficticia.

El gobierno, para mantener el precio de la carne vacuna, el pollo y el cerdo, impulsó subsidios a los feedlots, compensaciones por el maíz (principal alimento de la producción de las diferentes carnes) y un sistema de beneficios a los frigoríficos exportadores que estuvieran dispuestos a ofrecer “baratas” de carne que sirvieron más para justificar relevamientos del Índice de Precios que para mejorar el poder de compra real de los consumidores.

Así entre el 2007 y el 14 de julio de 2010 (última actualización de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) los feedlots cobraron 1.688 millones de pesos; los faenadores avícolas 1.647 millones y los productores de cerdos 89 millones.

A pesar de todos estos esfuerzos y aportes de dineros públicos, un informe de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) señala que la carne vacuna tuvo en el último trimestre de 2010 un incremento del 21 por ciento promedio, respecto al trimestre anterior, con un precio de 29,26 pesos por kilo en diciembre. Como es esperable para las fiestas de fin de año, lo que más aumentó en diciembre fue el asado con un 27 por ciento.

A lo largo de 2010 la mayor suba, según el IPCVA, se dio en los cortes más baratos y principalmente en la carne picada que alcanzó un 90 % mientras que la de menor incremento fue la nalga con un 66 %.

Los productores, engordadores e industriales se prepararon para un consumo extraordinario a fin de año, pero con el nivel de precios que se había alcanzado los consumidores dijeron basta y se alejaron de los mostradores o se encaminaron en la búsqueda de alternativas.

Así el precio de la hacienda cayó un 5 por ciento en el último mes del año y la industria avícola volcó al mercado en esos meses una cantidad equivalente a un consumo de 45 kilos por habitante por año, según reflejó el analista Ignacio Iriarte en su columna de Canal Rural. Las estimaciones anualizadas del Ministerio de Agricultura están al menos 10 kilos por abajo (34,14 kilos por habitante por año) de la inundación aviar de fin de año que comenta Iriarte.

Los precios siguieron la línea del producto estrella, la carne vacuna, entonces el pollo mostró un incremento de 65 por ciento durante 2010 y de hasta el 34 % solo en los últimos dos meses del año anterior.

El cerdo, a pesar de las promociones y el empuje oficial, también acompañó a la carne vacuna y registró un aumento del 59 por ciento.

Si bien cada vez se consume más carne fresca de cerdo, el pollo parece ser el sustituto elegido, seguramente por su precio. Esto lo muestra un coeficiente elaborado por el Ministerio de Agricultura que mide la relación entre el asado y el pollo. Según este coeficiente se necesitan 2,41 kilos de carne de ave para comprar un kilo de carne vacuna. A la hora de cuidar el bolsillo, no hay con qué darle a la carne de pollo.

Los pronósticos para este año no parecen ser muy alentadores, para Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, la cámara que nuclea a los frigoríficos que venden al consumo interno, “el precio al público tenderá a equiparar el aumento producido por la hacienda en pié, -que en los últimos catorce meses- fue del 174.5%, en tanto que el precio al público se modificó, -en el mismo período- el 105%. Esto quiere decir que aunque en los meses de enero, febrero y marzo los precios del ganado se mantengan en los valores actuales el precio al público continuará con pequeñas y paulatinas correcciones al alza”.

Con precios más altos y ventas en picada, esta situación impactó de lleno en la industria que según CREA no llegó a faenar en 2010 las 12 millones de cabezas que se habían pronosticado y estamos en la menor faena de los últimos 7 años. Y lo que es peor, según CREA, “para el 2011 puede esperarse que la faena sea aún menor a la registrada durante el 2010. La merma dependerá mucho del clima, ya que gran parte de ella estará explicada por la retención que harán los productores para recomponer sus rodeos”.

Schiariti considera que la faena anual cayó un 25,8 por ciento y las exportaciones de frescos y congelados mostraron una retracción de 59 por ciento en los últimos 15 meses, lo que produjo “el cierre de 26 fábricas y el despido de 3.677 obreros de la industria (10% del total ocupado)”.

El precio actual de la hacienda permite que los ganaderos se entusiasmen y comiencen a retener las madres que darán los futuros terneros, pero para eso habrá que esperar al menos tres años más. Mientras tanto priman las dudas políticas y la incertidumbre de cuál será el panorama al finalizar el inevitable ciclo biológico para gestar una ganadería en crecimiento.



Consumo de carne

El título de mayor exportador mundial de carnes lo perdimos hace ya varios años en manos de Brasil y durante 2010 cedimos otro cetro, en este caso fue Uruguay quien pasó a ser el mayor consumidor de carne bovina del mundo con 58,2 kilos, según los datos estadísticos del Instituto Nacional de Carnes (INAC) del vecino país.

Mientras en la Argentina, las estimaciones de CICCRA sostienen que el consumo por habitante por año habría descendido a 57,2 kilos, luego de haber llegado a un nivel de 68,7 entre enero y octubre de 2009, con una caída de 16,9 por ciento.

Paralelamente el consumo de carne avícola trepó a 34,14 kilos per cápita y el de carne porcina se ubica en 7,97 kilos, según las estimaciones del Ministerio de Agricultura.

4 comentarios:

  1. Y lo más interesante es que se veía venir desde principios de 2009.

    ResponderEliminar
  2. La solución está en promocionar el consumo de piche. Estoy dispuesto a enviar un arreo de piches pal norte.

    ResponderEliminar
  3. Después de la crisis de los misiles rusos instalados en Cuba, el momento límite entre las dos potencias nucleares, Willy Brandt, solicitó un estudio a la ONU, más concretamente a la FAO, de los países en capacidad de dar respuesta inmediata a una crisis alimentaria mundial luego de una hecatombe nuclear. El informe sitúa a la Argentina en segundo lugar después de Brasil. En aquellos años se le asignaba un potencial alimentario para ochocientos millones de seres humanos. Primero estaba Brasil, luego Argentina, seguían Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Son datos curiosos; el informe de la FAO no hacía hincapié en modificar programas económicos, tipo de cambio, políticas de intercambio. Ponía el acento en mayor intervención del estado para regular y definir qué se debía producir. Pasaron 48 años de aquél informe. Pasaron las políticas destructivas de Martinez de Hoz & Cia. Convenía poner la vaca a plazo fijo, especular con el trigo, el sorgo, la oveja. Enviar ganancias a paraísos fiscales ( hablan de 140.000 millones de dólares) así quedamos, así estamos. Habrá que comer piche nomás.

    ResponderEliminar
  4. Cuando el Cabezón y Lasagna comenzaron a embromar con el peso de faena (aplaudidos por los aplaudidores de siempre) les decíamos que le erraban como manco al bicho.
    Cuando "El" cerró las exportaciones (aplaudido por los mismos de la otra vuelta) les decíamos que le erraban pal carajo.
    Cuando "Patota" mandaba listas de precios vía fax a los consignatarios de Liniers (ahí ya algunos aplaudidores ya no estaban) le decíamos que esto terminaba mal.
    Resumiendo: El mercado, a la larga corrige.
    Por comer carne barata en la seca, comeremos carne cara cuando llueva

    ResponderEliminar