Pase, lea y opine

Pase, lea y opine. Algunas notas publicadas en Noticias, edicionrural.com o desgrabaciones de micros que hice en diferentes radios


sábado, 17 de diciembre de 2011

La soja voladora

Original de la nota publicada en Revista Noticias -17 de diciembre de 2011

La crisis europea, el comportamiento del dólar y el clima son factores que suman volatilidad a los precios de uno de los principales productos exportables de la Argentina. Avanza la siembra de la próxima campaña cuando aún restan vender 2 millones de toneladas de la soja vieja y casi seis toneladas todavía están con precio a fijar.

La soja cayó casi cien dólares en cien días en los mercados internacionales poniendo luces amarillas en las previsiones oficiales por la baja de la recaudación de retenciones y desbaratando los cálculos de los productores que están sembrando esa oleaginosa en esta parte del mundo.
La crisis europea está lejos de definirse y la soja es uno de los commodities que está sintiendo su efecto. La demanda mundial de alimentos -sostenida principalmente por China e India que suman ingresos y transforman sus dietas- parece poner un piso en algo más de 400 dólares, pero no llega a evitar la volatilidad que imponen las entradas y salidas de los fondos especulativos en los mercados de granos. Todo eso se ha transformado en un carrusel difícil de seguir para los productores argentinos, que además tienen que rogar al cielo para que no los afecte la sequía de la Niña mientras afinan la elección de las variedades, los momentos de siembra, ajustan la maquinaria y controlan malezas e insectos. Todo muy lejos del imaginario citadino que cree que en el campo argentino solo se trata de “tirar una semilla y crece todo”.
Con algunas zonas complicadas, la siembra ya avanzó en más del 70 por ciento del área calculada por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 18.850.000 hectáreas para la campaña del año próximo, lo que aportaría una cosecha de alrededor de 52 millones de toneladas de soja en 2012. Pero aún falta comercializar unas 2 millones de toneladas de la campaña anterior y otras 5,6 millones de toneladas (un 12 por ciento de la cosecha anterior) fueron entregadas pero tienen todavía el precio a fijar, una práctica habitual en el comercio de granos en nuestro país. Por esto, muchos productores vieron pasar los mejores precios mientras los compradores (aceiteras y exportadores) le sumaban rentabilidad al poroto.
Según analistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, este 12 por ciento de mercadería con precio a fijar es “el doble que a la misma semana del año anterior y 5 puntos porcentuales más que en el promedio de las últimas 5 campañas. Ello podría poner al mercado local en tensión si los productores continúan rehusándose a convalidar menores precios y los compradores a consolidar subas que acaben por perjudicar sus propios números, ya bastante dañados”.
En este contexto de volatilidad, muy pocos productores usaron las opciones o las ventas a futuro desaprovechando los picos del mercado internacional. El presidente del Mercado a Término de Buenos Aires, Ricardo Valderrama, asegura que “hay muchos buenos valores que se pierden por no haberse cubierto en los mercados. Si ves hoy lo que pasó con la soja, el trigo o el maíz, y buscás los valores de hace seis meses te das cuenta que perdieron los que no tomaron posición. No se usó lo suficiente el mercado para cubrirse con los valores a cosecha”, asegura.
El que tiene la soja o la está por sembrar busca que los analistas le acerquen algunas claves para predecir una evolución que tiene demasiadas variables. De todas maneras, una de ellas parece ser el comportamiento del dólar y su relación con el euro. Según un informe de Enfoagro, de la Asociación de Cooperativas Argentinas, estas dos variables se mueven casi al unísono. Cualquier revalorización de la moneda europea empuja el precio de la soja hacia arriba y la situación contraria baja el precio de la oleaginosa. Precisamente esto es lo que está impactando en los últimos meses desde que el Viejo Continente comenzó con la crisis griega.
Cuando la soja, por ejemplo, superó a principios de septiembre los 520 dólares en Chicago, la relación era de 1,42 dólar por cada euro y mientras esa relación continuó bajando hasta ubicarse en 1,32 el precio de la oleaginosa copió el recorrido, llevándola a fin de ese mismo mes a los 430 dólares por tonelada.
Es solamente una de las variables a tener en cuenta ya que el mercado aparece demasiado convulsionado como para encontrar recetas mágicas que aseguren valores cuando recién se inicia la siembra en el Hemisferio Sur, donde Brasil y Argentina sumados se convierten en los principales jugadores del mercado internacional de soja.
Las compras chinas siguen firmes, aprovechando sobre todo los precios en baja para recomponer sus reservas. Según reflejó un informe de AACREA, el Centro Nacional De Información de Granos y Aceites de China informó que las importaciones en noviembre finalizarían en 5,2 millones de toneladas, por encima de las 4,13 millones de toneladas importadas en septiembre y las 4,8 de octubre. El organismo espera para diciembre que las importaciones sean de 4,7 millones de toneladas y para enero 4,6 millones de toneladas. El gran mercado asiático, al que se suma India, por ahora se transforma en el principal elemento que puede poner un piso a la caída de los últimos meses y aportar un poco de alivio para los productores argentinos.  Pero ni el alto nivel de incertidumbre de los mercados frena el avance de las sembradoras que inician el ciclo de uno de los negocios que más aporta a la economía argentina. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Valderrama: “No nos quedaremos de brazos cruzados”

Nota publicada en la edición 320 de revista Agromercado. Diciembre 2011
Ricardo Valderrama fue electo en octubre como nuevo presidente del Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA). En diálogo con Agromercado sostiene que llevarán propuestas a los organismos oficiales, apostarán al diálogo con el gobierno y las entidades y promete avanzar en la difusión de las herramientas disponibles para que los productores puedan tomar coberturas de precios al menos para salvar los costos. Además estimó que los nuevos contratos de commodities no agrícolas le darán más volumen al mercado.
¿Qué perspectivas ve para 2012 desde el Mercado a Término de Buenos Aires y en su nuevo rol como presidente?
Las perspectivas son buenas. Hay que tener en cuenta que el mercado siempre se dedicó a los commodities agrícolas y ahora estamos tratando de abrir una pata financiera. Esto es muy bueno para el mercado.  En cuanto a los commodities agrícolas, que es lo que históricamente hicimos, creo que hay muchos mercados que hoy se pierden por no utilizar los mercados. Lo explico: hay muchos buenos valores que se pierden por no haberse cubierto en los mercados. Si ves hoy lo que pasó con la soja, el trigo o el maíz y tomás los valores de hace seis meses y lo comparás con lo que valen ahora, las personas que no tomaron posición perdieron. No se usó lo suficiente el mercado para cubrirse en los valores a cosecha.
¿En eso no hay una deficiencia de los mercados en general por no llegar con su mensaje al los productores que no usan a los mercados como un seguro de precios?
Eso es verdad. Lo que pasa que en los últimos años, cualquier productor que retenía siempre le iba bien. Ese es el problema. Cuando se da vuelta la taba ahí te das cuenta y te lamentás de no haber tomado cobertura. Es lo mismo que pasa cuando alguien no saca un seguro de granizo, luego le cae granizo y dice: ‘lo hubiera sacado’. Creo que básicamente el productor que invierte tiene que cubrirse por lo menos los costos y tener una rentabilidad sobre el capital que invirtió. Por lo menos un 20 o 30 por ciento en el momento de invertir tiene que cubrirse. Eso quizás sea una deficiencia del mercado en no comunicar más abiertamente. Creo que hay que remarcar todavía mucho en eso.
¿Y cómo van a trabajar en este sentido. Mayores capacitaciones, acercamientos con gremiales de los productores?
El mercado hace tres años hizo una Fundación, que es la que hoy se dedica a la capacitación. Vamos a seguir insistiendo sobre ese tema. Los cursos básicos se seguirán haciendo con la Bolsa de Cereales y sobre todo en la parte de cubrir los costos de inversión. Creo que es la piedra inicial para cualquier movimiento fuerte que pueda haber en el mercado.
La experiencia del MATBA en futuros agrícolas le permite hoy avanzar en otros productos como por ejemplo petróleo, oro o dólar. ¿Esto no hará que se pierda un poco la esencia del MATBA?
No, nuestra idea es todo lo contrario. Desde hace 104 años que el mercado se dedica a hacer commodities agropecuarios y muchas veces al volumen del mercado le faltan especuladores o personas que buscan una renta financiera. Creemos que si a través de los demás commodities incorporamos nuevas personas, operadores o comitentes, tarde o temprano van a empezar a jugar en el mercado agrícola. Creo que le podemos dar volumen de las dos maneras. Nosotros de ninguna forma  pensamos en renunciar en lo que somos fuertes, a lo que dice la historia de 104 años.
¿Se va a pasar de una negociación en el piso a una totalmente electrónica?
Hay muchas cosas para realizar en el mercado. En este momento conviven perfectamente el sistema electrónico y el sistema a viva voz en el piso. Creemos que tienen que seguir manteniéndose los dos sistemas hasta llegar a un equilibrio. Si te fijás lo que pasa en el mundo, el mercado de Chicago que es nuestra referencia, hoy tiene tanto rueda de piso como electrónico. Creo que utilizando los dos sistemas podés sacar el máximo de provecho de los dos. Hoy en día no es una discusión, el mercado está invirtiendo en una plataforma electrónica y a la vez la Bolsa de Cereales va a invertir en modernizar el piso. Así que estamos avanzando en los dos sentidos. Tal vez el mercado diga para dónde tenemos que avanzar, esa es la realidad, pero hoy por hoy no es primordial resolver ese tema.
¿La posibilidad de que los operadores puedan actuar en el mercado directamente puede ser una ayuda para acerca a los productores?
Hoy los productores (o comitentes) no lo hacen desde la rueda. Lo hace cada uno desde su oficina, dando una orden al operador, el cual ejecuta su orden desde el piso. La plataforma nuestra tiene  DMA (siglas en inglés de acceso directo al mercado), pero todo eso pasa primero por la educación. En todos los emercados del mundo, cuando uno opera a través de un DMA tiene primero depositado los fondos y eso te permite cubrirte hasta cierto nivel de dinero. Hoy el comitente argentino está acostumbrado a operar y recién al otro día poner las diferencias. O sea que se necesita un cambio de educación que tarde o temprano va a llegar. Pero creo que va a llegar mucho más temprano para los productos financieros que para los agrarios.
¿Todo lo que estamos hablando es casi una situación de mercados ideales, pero las intervenciones oficiales han hecho que muchos mercados estén casi desparecidos?
Tenemos problemas con el maíz y el trigo. La operatoria bajó muchísimo en el último año. Estamos tratando de buscar alternativas para proponer, para que muchos de esos negocios donde existen listas o obligaciones de ciertos exportadores de comprar, para que las pasen por el mercado. Es una de las ideas que tenemos y que la vamos a proponer para ver qué resultados tenemos sobre eso. Por suerte la baja de maíz y trigo se compensó con la suba del volumen de soja.
Ya que habla de propuestas. ¿Cómo es su llegada en este momento con el gobierno?
El mercado siempre ha tenido siempre buen diálogo con todos los organismos.
¿Entonces, qué pedidos le harían un posible nuevo ministro de Agricultura?
Estamos elaborando varias tesis para proponer. Primero, cuando salgan valores, por ejemplo de FAS, se hagan a través del mercado. Si prospera la propuesta de AFA (Agricultores Federados Argentinos), que parte tiene que ir a la exportación y parte al consumo, que también pase por el mercado. Son distintas alternativas. De todas maneras esas propuestas están en relación a las políticas que estén vigentes a partir del 10 de diciembre. Esperaremos un par de días y veremos qué propuestas llevamos. No nos vamos a quedar de brazos cruzados. Algunas propuestas vamos a llevar para sumar y para que vuelva a haber un mercado mucho más fluido de trigo y maíz.
¿Y cómo está el diálogo con las entidades gremiales del campo, con lo que fue la Mesa de Enlace?
Mantenemos buen diálogo con todo el mundo. Estamos dentro de la Bolsa de Cereales  y la Bolsa está continuamente en comunicación con las cuatro entidades y nuestra idea es seguir sumando. No cortar ningún tipo de diálogo. Creo que es mucho más fácil pensar entre muchos que uno solo.